Imágenes

La selección de imágenes casi nunca fue, es, y será casual: incluso aquellas que contienen efectos concretos y más devastadores, son casi idénticas a las que propugnan y alientan a soñar al pueblo;  ‘canalizadoras’ de leyendas y mitos de las gentes.

La imaginación de las masas, como la de todos los seres en los que interviene el razonamiento, es susceptible a las impresiones profundas. Las imágenes evocadas en sus mentes como un personaje, un evento, un incidente, no tienen casi la viveza de las cosas reales.

Las multitudes son un poco «como un sueño, en el que la razón se cancela temporalmente, y ve la imagen de una intensidad extrema aumentando en su mente, pero desaparece rápidamente, ya que está en contacto con la reflexión. La multitud, al ser incapaz de pensar y razonar, no conoce lo inverosímil; ahora bien, las cosas más inverosímiles son generalmente las que más afectan a la mayoría.  Por ello, a la multitud generalmente le impresiona más lo maravilloso y lo legendario…

Lo maravilloso y la leyenda son en realidad verdaderos apoyos para la civilización. En la historia, la apariencia siempre ha sido más importante que la realidad. Predomina lo irreal sobre lo real. La masa, no pudiendo pensar más que en imágenes, no se dejan impresionar más que por las imágenes. Solo estas últimas les asustan o entusiasman, o reglamentan sus actos. Gustav Le Bon

Cambian los accidentes, detalles de menor importancia, los estilos gráficos, pero la imagen sigue siendo esencialmente la misma. En diferentes recorridos de imágenes, reflexiones, discursos, etcétera, de propaganda política, podremos notar inmediatamente como ciertos temas se repiten con insistencia, — resistiendo el paso de los siglos y a menudo, siendo utilizadas al unísono por facciones contrapuestas. No obstante, como diría aquel (…) Tengo yo derecho a sacar de la duda al pueblo, cuando este es feliz en su ignorancia… (?) Aunque, también dudo de que el pueblo sea tan ignorante como parece.

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—Loli Lopesino

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