Trece años, Papi –maldita sea (!)
_ ¿Aún sigues, así?
_ ¡Aún sigo, aquí! ¿Qué clase de pregunta es esa…? ¿¡Acaso te molesta!?
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(Sonrisa) _ Sí.
_ Pues lo siento, pero ¿qué esperabas después de lo que me hiciste?
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_ Que mitigaras, aprendieses a superar aquello que porta, entristece como nada tu corazón, empaña tus preciosos ojos, te llevará a olvidarme
_ ¿Olvidarte? Ja, ¡que gracia…! No te parece suficiente con lo que me has ocasionado en estos seis años, ¿aún pretendes más? Me exiges lo imposible; esperas de mí lo que jamás seré capaz
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_ ¿Quieres que te compadezca? Nunca lo hice, eres consciente de ello, por ti nunca sentí pena; siempre te quise por lo que/quien eras, y así continua, lo seguirá siendo
_ Un momento, para el carro… no sigas, deja de mentirme sí? Ya lo hiciste una vez, ¿no recuerdas, lo olvidaste verdad?…
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