¡Estamos en guerra! Coronavirus y sus metáforas

Imagen al microscopio del coronavirus (Sars-CoV-2). 
(Reuters)

Desde hace días, basta con ojear la televisión, revisar las noticias en el teléfono, ir a las RRSS, escuchar la radio… para hacernos sentir que estamos en guerra. La emergencia Covid-19 es tratada por doquier con lenguaje bélico: se habla de una trinchera hospitalaria, frente al virus, de economía de guerra; cada mañana, desde que en España se decretase el estado de alarma, el pasado 14 de marzo, Fernando Simón inicia la rueda de prensa televisada, —-con la cantidad de personas muertas e infectadas abrasando la ya respiración contenida—-. El jefe del Estado Mayor de la Defensa, Miguel Ángel Villarroya, siempre en una rueda de prensa del comité técnico español contra el coronavirus, dijo: «En la guerra no hay fines de semana; en la guerra, todos los días son lunes».

Y, como no, Pedro Sánchez, Presidente de España: «En la guerra al virus, jamás nos doblegaremos, resistiremos, venceremos».

El presidente de los Estados Unidos, Trump, no nombra el coronavirus, pero habla de «virus chino» o «virus de Wuhan», tradición consolidada de los populistas que prosperan solo cuando hay un enemigo externo a quien repeler, —-por la fuerza a ser posible. Por otro lado, estamos tan acostumbradas a llamar a las enfermedades en base al país lejano, extranjero, o enemigo del que provienen: la enfermedad asiática, el mal francés […] Y la única respuesta que conocemos de una potencia enemiga que nos ataca es la guerra, con todas las metáforas que conlleva.

Doble ciudadanía
En su ensayo Malattia come metapora (1978) Susan Sontag desmanteló esta forma de representar, y representarse a sí misma, el mal con perspicacia crítica y empatía. Sontag dice que la forma más clara y veraz de pensar sobre las enfermedades es sin recurrir a la metáfora. Creía que la enfermedad envuelta en metáforas desanimaba, silenciaba a los pacientes oprimidos por la vergüenza. En un pequeño ensayo adicional se dirigió al VIH (SIDA y sus metáforas, 1989). Hablando de la epidemia del VIH, Sontag explica por qué es tan fácil para nosotros enfrentar una emergencia de salud como si fuera una guerra, en lugar de un complejo problema social, cultural o de marginación para ciertas categorías de personas.

La guerra es una de las pocas actividades humanas que la gente no mira de manera realista; evaluando costes o resultados. En una guerra sin cuartel, los recursos se gastan sin precaución. La guerra es pura emergencia, en la que ningún sacrificio se considerará excesivo.

Tratar una enfermedad como si fuera una guerra nos hace víctimas obedientes, dóciles y, en perspectiva, víctimas designadas. Las personas enfermas se convierten en las inevitables pérdidas civiles de un conflicto y apenas se deshumanizan, para usar las palabras de Sontag, «pierden su derecho a la ciudadanía como una persona sana para sacar su costoso pasaporte de las personas enfermas». Sontag reemplaza la metáfora de la guerra con la de ciudadanía:

Tan pronto como nacemos tenemos doble ciudadanía, en el ámbito de las personas sanas y en la de las enfermas. Aunque todos preferiríamos usar siempre un buen pasaporte, antes o después nos veremos obligadas, aún por poco tiempo, a identificarnos como ciudadanas del otro lugar.

Sontag también se centra en la paciente como primera víctima de metáforas de la enfermedad. Enfermarse es ser invadida por el enemigo y morir en una derrota. En el melodrama del siglo XIX, Violetta della Traviata y Mimì della Bohème sufren de esta enfermedad, como una renuncia al amor. Mueren consumidas por el sacrificio y la culpa.

Incluso hoy, en España, cuando hablamos de cáncer no prescindimos de la metáfora: «guerrera que vence al mal», sin tener en cuenta el peso psicológico que cada paciente y su familia asumen sobre sus hombros […] Deshacerse de una enfermedad, superarla y volver a vivir «entre los sanos» no es una cuestión de valor militar, fuerza, constancia, heroísmo de la persona; se trata de estar bien atendidos, de recursos sanitarios. Aplicar la metáfora de la guerra y la derrota a una enfermedad significa cargar al paciente con culpa y, dice Sontag, obstaculizar su camino de recuperación.

Un artículo de The Guardian, publicado mucho antes de la aparición del coronavirus, denunciaba cómo las metáforas de la guerra aplicadas al cáncer tienen efecto inhibitorio en pacientes que se sienten derrotados de inmediato, desde el primer nefasto diagnóstico. «Prefiero usar un lenguaje claro y fáctico conmigo», explica un paciente con cáncer terminal«Siempre tienes la impresión de decepcionar a los demás si no mantienes una actitud positiva o si te dejas llevar por un momento de emoción. Me veo como una persona que ‘vive’ con cáncer incurable. No soy valiente y no quiero ser una inspiración para nadie. Quiero vivir el tiempo que tengo en mi mejor momento».

Enfermería, personal médico en general, en tiempo de coronavirus

La metáfora del país en guerra y el singular héroe y heroína-enferma es particularmente arriesgada en la emergencia que vivimos hoy. Cada día que pasa constatamos que el Covid-19 no conoce límites y requiere una respuesta global unificada. Hablar de guerra, invasión y heroísmo, con un léxico de guerra del siglo XIX, nos aleja de la idea de unidad e intercambio de objetivos que permitan salir de ella. Necesitamos urgentemente nuevas metáforas y palabras para contarnos los días que estamos viviendo; las viejas corren el riesgo de transformar no solo el presente sino también, y sobre todo, el futuro que nos espera. Lo que es indudable es que es un tiempo de reflexión, un tiempo en el que hay menos ruido y por lo tanto, la posibilidad de mayor claridad. 

Concluyo –este interminable post– recogiendo un párrafo de Gessamí Forner, que sí me representa: «El ejército toma el asfalto pero la industria sigue fabricando lavadoras que nadie va a comprar. La población lucha contra un virus, mientras la industria sigue produciendo lavadoras. El virus se expande, pero la sociedad del trabajo es intocable. Si esto es una guerra, el campo de batalla está de parte del #Covid-19 tras años de descuidar neoliberalmente los servicios públicos de cuidados». Sobre la “des-gestión” del Gobierno; la ausente, mezquina UE; Portugal; la tiranía del mercado; la realidad insostenible de otro virus que infecta la sociedad: el capitalismo y sobre lo necesario de comprender nuestra corresponsabilidad en el asunto, etcétera, —-otro día, quizás […]

—-Loli Lopesino

20 Respuestas a “¡Estamos en guerra! Coronavirus y sus metáforas

    • Ciertamente, KAMBABI… No obstante, prefiero no usar el término (terrorífico) guerra; no obstante todo.

      La humanidad, tras este cruel suceso, no podrá ser la misma. Espero que estés bien.

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  1. Justo esta semana tenía un debate (por WhatsApp) con varios compañeros de trabajo que consideran que estamos, como dices, en tiempos de guerra y que hay que dar la «milla extra» (disponibilidad y carga de trabajo sin límite porque estamos en casa, sin límite de horario y cosas así). Desde luego la realidad cambió y hay que adaptarse y aceptarla, pero la lucha lo que termina generando es más resistencia y nos aleja de la lógica de recobrar el equilibrio.

    De los análisis más brillantes que he leído hasta hora. Te felicito, me encanta, qué lucidez.

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    • Exactamente, Paulo (?), -la realidad de todos y todas es muy diferente a la de hace apenas unos días, porque además, tenemos miedo; a lo desconocido principalmente, a la inseguridad, a que nos arrebaten lo que teníamos; arrebate/n. 😉

      El miedo, infligido como »arma de control y poder»; término (nuevamente) preconcebido… es lo más recurrente que se ha inventado para el control de masas. El »miedo», par al uso de la »enfermedad» nos hace: víctimas obedientes, dóciles y, en perspectiva, víctimas designadas […]

      Muchísimas gracias, de veras. Saludos.

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  2. Como tantas veces, me haces reflexionar y hasta puede que cambiar algunas de mis ideas preconcebidas. Gracias por el artículo que, si no fuera suficiente con lo que expresas, está muy bien escrito

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  5. Oh!! Por Dios….como puede el mundo ser tan ciego.
    Estamos desde fines de noviembre de 2019 en una guerra biológica no declara.
    Existe abundante evidencia que el Covid-19 es un arma biológica creada por China. Tiemblo con solo pensar cual podría ser la respuesta a este ataque.
    Leer:

    Evidencia científica soporta la afirmación de que el coronavirus de Wuhan está hecho por el hombre

    Un documental sobre el origen del coronavirus asegura que es sintético y que se filtró de un laboratorio

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