Creciendo -igual- aprendes…

Creciendo -igual- se aprende que la felicidad no es esa de -enormes logros-. 
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Ni aquella que se persigue a veinte años, cuando, como si de gladiadoras/es -en combate- se tratase, un perpetuo pulso al mundo para salir ganando. Que no es… ni parecida a la que de manera desesperada se persigue, creyendo que el amor lo sea: todo o nadatampoco es la de emociones recias, que -impacta– explotando fuera, dentro, — como si de un sinfín de fuegos artificiales se tratara… 
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Creciendo -igual- se aprende que la felicidad está compuesta, colma de cosas pequeñas, pero preciosas…

… Aprendes, que el perfume del café de la mañana puede ser un ritual hermoso, las notas de una canción irrumpiendo, conmoviendo el sentido; percepciones únicas de libros a colores avivando cada poro… colosales aromas de cítricos en la cocina; Poesía de Pintoras.

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Se aprende, que la felicidad está compuesta -también- de minuciosas emociones, de pequeños estallidos mudos que dilatan el corazón, que las estrellas te pueden apasionar y el sol hacer brillar… aprendes que un campo de girasoles puede iluminarte el rostro y que sentarte a leer a la sombra de un árbol relaja, exime, libera los pensamientos.

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… Y aprendes, que el amor está hecho se sensaciones delicadas, de ínfimas chispas en el estómago, de presencias -cercanas- aunque se encuentren -lejanas- que el tiempo puede dilatarse y que esos cinco minutos pueden ser mucho más valiosos que infinitas horas… aprendes que es suficiente cerrar los ojos, avivar los sentidos, leer una poesía, escribir, diseñar en una lámina o mirar una foto… y ser capaz de anular el tiempo, la distancia, para estar con quién amas.

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Se aprende, que hay felicidad en esa urgencia por escribir sobre una hoja sentimientos, conceptos… que existe algo de amargamente feliz en esa melancolía.

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… Y aprendes, que no obstante tu muralla, no obstante tu querer, o tu destino, en cada gaviota existe un pequeño-gran Jonathan Livingston. —Aprendes cuanto la sencillez puede llegar a ser -grande-

Aprendí, a -intentar– no llorar, cuando contemplo -esa- mirada en una niña o niño, no obstante, jamás lo haya conseguido.
–Loli Lopesino
Painting: Paul Stowe – Dibujo a lápiz – Melancolía
Post: 13 oct 2010

15 Respuestas a “Creciendo -igual- aprendes…

  1. No sabria catalogar esta publicacion. Hablas de felicidad y de sentir el momento, el aroma del cafe en la mañana. Pero de lo que mas hablas es de los sentires lentos y aca radica tu grandeza: el tiempo. La significacion de los segundos que se consumen mas lentamente si nos concentramos en ellos. Digno de Compartir.

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    • No me extraña que te cueste catalogar… pero, has acertado, muchísimo; teniendo en cuenta que leer/interpretar mis escritos —de este tipo— fundamentalmente, es muy complicado. Un conocido me decía siempre: estudia para escribir, lo harías mejor… 😀

      Gracias infinitas por venir, por dejar palabras tan alentadoras, tan importantes para mí todas ellas. Un Saludo, enorme.

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  2. Y esto…es lo más parecido al AMOR en mayúscula que conozco y comparto.

    aprendes que es suficiente cerrar los ojos, avivar los sentidos, leer una poesía, escribir, diseñar en una lámina o mirar una foto… y ser capaz de anular el tiempo, la distancia, para estar con quién amas. . Se aprende, que hay felicidad en esa urgencia por escribir sobre una hoja sentimientos, conceptos… que existe algo de amargamente feliz en esa melancolía. .

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