No, no soy como era

Briscott – DevianART

No, no soy como era…  ni la sombra de lo que un día fui.

Me separé hace casi siete años. Volví dejando atrás casi una entera vida, sin aliento. Precisamente, por estas fechas, no se cómo ni cuándo surgió en mí la ‘fuerza’ para decirle que tuviera el coraje de decírmelo a la cara, mirándome, y — no al teléfono. Después de haber transcurrido junto a él más de dieciséis años… creí poder merecer como mínimo, eso.

Y volví — él no quiso venir, aquí. Regresé al lugar que tan feliz y a su vez infeliz me hizo. Volví a buscarle, un mes de diciembre del año 2009. Ya no era como antes…

No fue Dios a darme el valor ni la serenidad para cambiar las cosas, — que pude, aunque siempre pensé que pudiera cambiar; él, yo, la situación, ambos. Meses antes lo intenté, con todo mi corazón, desde el alma desgarrada y mirándole a los ojos, le dije: creo tener frente a mí a un gran amigo, no al ser humano que tanto amé. — No, nunca pensé que mi ser no pudiera cambiar, jamás, al contrario, sin cambio no existe evolución posible; para mal o para bien. De manera paradoja, la única constante, es la variable…

Sí, me siento tan diferente… No obstante, siga buscando infinitamente la extensión que porta a saber decir: «no quiero más». La libertad perteneciente a dos seres, y no únicamente a uno. Al parecer increíble, inusual y ni por asomo cercanamente alcanzable. 

No, no soy como era… ¿¡o igual sí!? Aún me consta mi locura, permanente y persistente como por ejemplo en momentos tan difíciles y complicados como este. En lo inverosímil y certero… en la frustración, decepción, la impotencia e incluso la soledad que nace en mí de manera espontánea, — ante un mundo casi hecho trizas. Demasiados nones, en esta entrada…

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— Loli Lopesino