«Ignorar» la evidencia. «Capodanno» de Antonio Gramsci.

I am justo a poor boy
Though my story’s seldom told
I have squandered my resistance
For a pocketful of mumbles
such are promises
All lies and jest
Still, a man hears what he wants to hear
And disregards the rest

 The boxerSimon & Garfunkel

Mientras Simon & Garfunkel lanzaban ‘The boxer’, yo… nacía. Esto ocurría en el año 1969.  Aunque no hablaré de mí —quizás pronto lo haga como la canción, en primera persona, contando la historia de un paria. La primera estrofa, resume lo que fue su vida: una serie de engaños hasta el agotamiento; aunque también reconoce su ‘culpa’ que fue entender solo lo que más le convenía. 

En el año 2012, un artículo en Lord Krebs Inerciacuestionaba «Sometimes a nudge from the government is justo not enough» porqué a pesar de las campañas de sensibilización y fomento de buenos hábitos como: dejar de fumar; mantenerse en el peso aconsejable, no obtenían los resultados esperados. El ponente hablaba sobre la inducción de conductas para poder superar inercias; otros sencillamente de medidas coercitivas: multas, prohibiciones, exclusión social […] La verdad es que funcionan, estas últimas tienen resultados muy efectivos, axiomáticas. Cuando las personas practicamos, actuamos —ya sea por imitación u ocasionalmente— el cese de cualquier actividad obtiene mayor logro frente a quienes lo hacen por convicción propia. Aunque la inercia —aún pudiendo ser parte principal responsable no puede con la resistencia. Las condiciones draconianas junto al rechazo social, enfermedad… fruto de la persistencia en la actividad, deberían poner punto final a la misma (¿?) Permitir un inciso, un apunte de Pablo Gentili que dice:

La exclusión ha perdido poder para producir espanto e indignación en la sociedad (en los “otros” y “nosotros”). Ni siquiera la universalización de la escolaridad básica disminuye esta exclusión, pues la Solución radica en el ataque a las causas. 

En mi modesta opinión un motivo que podría dar lugar/origen en mantener aptitudes obstinadas —a sabiendas e insisto sobre la evidente y manifestada gravedad, retoma el inicio de este post y las dos últimas frases contenidas en la estrofa de la canción: la persona solo escucha lo que quiere escuchar /-/ y descarta el resto. Refiriéndome de manera más concreta a escucharse a sí misma, y, discrepando desde un cierto ángulo con la visión de Skinner sobre la libertad de elección. —De hecho: «La Ingeniería de la Conducta se practica en familia, la escuela, el grupo, la religión, la publicidad, la política gubernamental […] No reconocer el control que esas instituciones ejercen sobre nuestras vidas, no significa estar libre de su poder y tentáculos».

Termino, finalizo ya. —Pensar que este escrito nace y acaba releyendo «Capodanno» de Antonio Gramsci; (1° Gennaio 1916 su l’Avanti! edizione torinese, rubrica «Sotto la Mole»); agradeciendo el potencial dialéctico y gran talento a su autor.

Avanti!

Antonio Gramsci | Cada mañana, cuando me despierto otra vez bajo el manto del cielo, siento que es para mi año nuevo. De ahí que odie esos año-nuevos de fecha fija que convierten la vida y el espíritu humano en un asunto comercial con sus consumos y su balance y previsión de gastos e ingresos de la vieja y nueva gestión.

Estos balances hacen perder el sentido de continuidad de la vida y del espíritu. Se acaba creyendo que de verdad entre un año y otro hay una solución de continuidad y que empieza una nueva historia, y se hacen buenos propósitos y se lamentan los despropósitos, etc., Es un mal propio de las fechas. Dicen que la cronología es la osamenta de la historia; puede ser. Pero también conviene reconocer que son cuatro o cinco las fechas fundamentales, que toda persona tiene bien presente en su cerebro, que han representado malas pasadas. También están los años-nuevos. El año nuevo de la historia romana, o el de la Edad Media, o el de la Edad Moderna.

L'UNITÀY se han vuelto tan presentes que a veces nos sorprendemos a nosotros mismos pensando que la vida en Italia empezó en el año 752, y que 1192 y 1490 son como unas montañas que la humanidad superó de repente para encontrarse en un nuevo mundo, para entrar en una nueva vida. Así la fecha se convierte en una molestia, un parapeto que impide ver que la historia sigue desarrollándose siguiendo una misma línea fundamental, sin bruscas paradas, como cuando en el cinematógrafo se rompe la película y se da un intervalo de luz cegadora.

Por eso odio el año nuevo. Quiero que cada mañana sea para mi año nuevo. Cada día quiero echar cuentas conmigo mismo, y renovarme cada día. Ningún día previamente establecido para el descanso. Las paradas las escojo yo mismo, cuando me siente borracho de vida intensa y quiera sumergirme en la animalidad para regresar con más vigor. Ningún disfraz espiritual – Nessun travettismo [1]. Cada hora de mi vida quisiera que fuera nueva, aunque ligada a las pasadas. Ningún día de jolgorio en verso obligado, colectivo, a compartir con extraños que no me interesan. Porque han festejado los nombres de nuestros abuelos, etc., ¿deberíamos también nosotros querer festejar? Todo esto da náuseas.

Espero el socialismo también por esta razón. Porque arrojará al estercolero todas estas fechas que ya no tienen ninguna resonancia en nuestro espíritu, y si el socialismo crea nuevas fechas, al menos serán las nuestras y no aquellas que debemos aceptar sin beneficio de inventario de nuestros necios antepasados.

Libro Bajo la Mole – Fragmentos de Civilización, de Antonio Gramsci | Selección y traducción de Francisco Ochoa de Michelena. Editorial Sequitur.

Existe un dicho que más o menos dice así: «Puedes engañar durante un tiempo a unas cuantas personas, muy poco tiempo a muchas, pero a ti durante toda la vida».

—Loli Lopesino.

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  1. La voce «travettismo» è derivata dal piemontesismo «travet» che designa un «impiegato di basso livello e mal retribuito che svolge scrupolosamente un lavoro monotono e, anche, poco gratificante (e, con valore ironico, ne indica la mancanza di personalità, di iniziativa e di motivazioni)» (Grande Dizionario della Lingua Italiana). Si tratta del nome del protagonista della commedia piemontese di Vittorio Bersezio Le miserie di Monsù Travet (1862) divenuto il paradigma dell’impiegato dalla vita grigia e con prospettive limitate.

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Imágenes: Web

5 Respuestas a “«Ignorar» la evidencia. «Capodanno» de Antonio Gramsci.

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  2. Tengo una especial aversión a esta época del año, Navidades, Año Nuevo, Reyes… Y me río yo de los propósitos, al menos en mi caso, creo que acabo de tan mal humor, que unos propósitos hechos en esas fechas, acabarían muy mal…

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  3. Hola Aquileana 😀

    Me alegra que te haya gustado. Hubo un momento de mi vida en el que Gramsci fue ‘casi’ referente… Algo parecido a lo que está sucediendo aquí en España, en estos momentos. Aunque observo que su »mención» quizás tiene que ver más con la nostalgia que por elección.

    Muchas gracias, ¡un abrazo enorme!

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