
Sí, más de 30 millones de niños y niñas en edad escolar, no acuden a la escuela. Esto es lo que ha afirmado [ver aquí] la Comisión Africana –AUC-, órgano de la Unión Africana.
Hace un par de años, escribí un post relacionado con algo que me asquea de manera espantosa por la propia mentira (…) que se vendió, nos vende. Se puede leer [aquí] aunque sinceramente, ni os molestéis. En dicho post, mencionaba los ocho más que ‘famosos’ Objetivos de Desarrollo del Milenio, en adelante ODM, y entre los que se encuentra concretamente y en el puesto número 2:
Lograr la enseñanza primaria universal – Fecha límite Año 2015.
Quizás, esto/as 30 millones de niño/as en edad escolar que no asisten a la escuela, solo en África, se han esfumado del itinerario establecido (o) aparezcan como un número insignificante y cuanto menos alarmante, para los Jefes de Estado y de Gobierno que firmaron dicha Declaración [ODM]. Digo quizás, porque los ODM, constan de metas específicas y una hoja de ruta establecida por indicadores que configuran su desarrollo y progreso; sin dejar duda y a la vista está, que tan solo desprende utopía. Palabras que se las llevó, lleva y llevará el viento –precisamente en este caso concreto- transformadas en un desgarrador, cruel presente-futuro para millones y millones de menores.
¿Mucho más que añadir? Desde luego, sin embargo emanaría desde la más absoluta repulsa, impotencia (…) No se trata de eso, sino de denunciar, ¿¡denunciar!? Uhm tal vez, ni siquiera, todo lo que aportar sería absolutamente en vano. La actual ruta de los diferentes mandatarios, (los ODM fueron firmados por 191 Jefes de Estado y de Gobierno en el año 2000) pasa por atender necesidades y principalmente las exigencias que la austeridad signa en nuestro propio lugar de residencia, Europa, etcétera y de manera urgente, casi diría vital. ¿Qué clase de denuncia se podría interponer por esos más de 30 millones de niño/as sin escolarizar y tantos otros, frente a tal ‘panorama’? Hasta aquí hemos llegado que diría aquel, para lo otro, ya hemos inventado un nuevo concepto llamado: Agenda para el Desarrollo Post-2015.
Los mal llamados –no todos- países ricos firmantes de los ODM, se encuentran inmersos en esa palabra mágica: crisis. Se deben en cuerpo y alma a la cancelación primero de su deuda externa, privada, esto significa por ejemplo –entre muchas otras cosas- que actuarán y de manera premeditada estableciendo reglas que satisfagan, promuevan, protejan, aún más, un tipo de comercio más in-solidario, más injusto. La casta política persigue un mundo absorto y entregado a la miseria, ¡en la plena ignorancia!
Por último (soy incapaz de no hacer alusión) mencionar el punto número uno de los ODM, que concierne y deja en común siempre más a todos los seres humanos, la hambruna y pobreza. Desde los años 60 y según indicación de GRAIN, la producción alimenticia se ha multiplicado por tres, mientras que la población mundial se ha duplicado. Personalmente los cálculos no me salen, si existe una cantidad ingente de comida –mayor que en otro periodo de nuestra historia– ¿¡Dónde va a parar!? Es más, como bien sabéis, no hace falta ir fuera de España para leer y en presente sobre la hambruna, pobreza:
“España vive un retroceso brutal en términos de hambre, sobre todo infantil”
“Cerca de dos millones de niños pasan hambre en España”
Pero obviamente, si no posees papel, monedas, no tienes Derecho a Comer. Medios e instituciones internacionales señalan que el hambre es fruto de fenómenos meteorológicos y conflictos bélicos; sin duda, pero también es el resultado de políticas. Justicia y redistribución de la riqueza reina por su ausencia gracias a aquellas manos en las que se encuentran. Como ya dije anteriormente, el capital negocia y se lucra –si cabe aún más, en situaciones como las que estamos atravesando sin piedad alguna, privatizando hasta el agua, especulando con los alimentos, acaparando las tierras (…) Dichos procesos, no pueden beneficiar de manera alguna a muchas, muy al contrario, son esas muchas y más, las que padecen miseria, hambre, injusticia, violación de derechos humanos.
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